Hace aproximadamente un mes, cuando las damas de mi equipo se reunieron para orar, compartí que estaba agradecida de saber lo que vendría en los meses venideros. Iba a estar ocupada, pero había muchos proyectos ministeriales emocionantes por delante. También había una visita a un compañero obrero y la visita de algunos miembros queridos de la familia en el horizonte.
Mirando hacia atrás, me da un poco de risa cada vez que pienso en ello. Mientras escribo esto, es el octavo día de cuarentena estricta en el país donde sirvo. Todos esos planes han cambiado. No tengo ni idea de lo que se avecina.
Estoy sentado en el borde de mi asiento, preguntándome qué está tramando Dios.
Estos cambios han traído decepción, un poco de pena y algo de inquietud. Al mismo tiempo, me siento al borde del asiento, preguntándome qué estará tramando Dios.
Me pregunto si, en esta época, Dios está respondiendo en obrando a muchas de las oraciones que le hemos elevado a lo largo de los años.
Ya he visto algunos indicios de ello, pues los musulmanes con los que hemos estado compartiendo y para los que hemos creado orando han mostrado un renovado interés por la fe.
Con estas cosas en mente, estoy orando las siguientes cosas para mí y mis compañeros obreros:
- Que mantengamos nuestros ojos fijos en el Señor, confiándole todas nuestras ansiedades y descansando en Su perfecta paz. (Isaías 26:3)
- Que consolemos a los que nos rodean con el consuelo que hemos recibido de Jesús. (2 Corintios 1:3-4)
- Que nos esforcemos por practicar la gratitud, tal como se nos exhorta a menudo en las Escrituras a dar a conocer nuestras peticiones a Dios, con acción de gracias. (Filipenses 4:4-7)
- Que Dios nos dé sabiduría para saber qué hacer a continuación, que no nos desanimemos por el cambio de planes, sino que busquemos con entusiasmo lo que Dios está haciendo y le sigamos hasta allí. (Santiago 1:5)
- Que nos alegraremos de afrontar esta prueba, sea cual sea la forma que adopte para nosotros, y que producirá en nosotros constancia. (Santiago 1:2-4)
Por favor, únanse a mí en orando para que mis compañeros de obreros y yo podamos navegar por estos días extraños, sea lo que sea lo que nos deparen.
Este relato procede de un campo de larga duración obrero y se utiliza con permiso de The Austin Stone Community Church, socio de Fronteras en la Cooperativa 100 UPG.