Me senté en el suelo, mojé dátiles en tahini y admiré a una niña de cara redonda acunada en los brazos de su madre, Hasana.
Uday, el hijo de 3 años de Hasana, correteaba por la habitación. Daba vueltas y más vueltas, mientras su abuela le reñía e intentaba atraparle. Uday corrió a la habitación contigua y trajo algunas herramientas.
"Vaya, enséñame lo que tienes", le dije a Uday, tratando de reconocerlo.
Pero el chico apenas se detuvo a escucharme.
Ya me había dado cuenta de lo que pasaba.
Uday salió corriendo. Instantes después apareció en el umbral de la puerta con su pequeña bicicleta, listo para entrar esplendoroso en el salón. Hubo más regañinas. Pero ya me había dado cuenta de lo que pasaba.
Salí de la habitación y seguí a Uday al patio.
"Muéstrame lo que puedes hacer", le dije a Uday.
Se marchó alegremente en su bicicleta. Grité, aplaudí y seguí aplaudiendo mientras daba vueltas por el patio. Dio la vuelta a la parte trasera de la casa y pensé que se había ido. Pero no, volvió para recibir más aplausos.
Todavía hay un lugar para mí en su casa.
Uday quería mi atención. Eso era todo. Sabía que yo era un invitado especial de sus padres, y para participar en la gloria, necesitaba robar parte del espectáculo.
Hace más de cinco años, cuando el padre de Uday se sentó en mi clase de inglés y me invitó a su casa a conocer a su nueva esposa, este niño seguía siendo una plegaria incumplida en el corazón de sus padres.
Ahora Uday empieza preescolar y tiene una hermanita. Y todavía hay un lugar para mí en su casa.
Ver crecer delante de mí a los hijos de mis amigos del barrio puede hacerme sentir vieja.
Pero también mantiene el futuro ante mí. Que las semillas del Evangelio que se han sembrado en este hogar den fruto de fe en el corazón de Uday y en toda su familia.
- Gracias a Dios por el campo obreros que ha sido acogido en las vidas y hogares de familias musulmanas.
- Orar que el testimonio de Fronteras obreros abra los ojos de los musulmanes para que vean a Jesús y ablande sus corazones al Evangelio.
- Pide al Señor que prepare a los niños y jóvenes de los países musulmanes para recibir la Buena Nueva y crecer como fieles discípulos de Cristo.
Este relato procede de un veterano obrero. Los nombres y lugares han sido modificados por motivos de seguridad.
Foto principal de Philippe Put