Nafissa se convirtió en seguidora de Cristo en contra de los deseos de su familia.
Como nueva creyente, empezó a ir a un pueblo musulmán cercano para estudiar la Biblia y orar semanalmente con un grupo de seguidores de Jesús. La pequeña reunión había sido iniciada por Mamadou, un creyente de origen musulmán que colaboraba en el Evangelio con un equipo de Fronteras .
En una de sus reuniones, Nafissa habló a los demás creyentes de Alian, su sobrino. Años antes, Alian había estudiado inglés y árabe en la universidad de la capital.
Pero un día, Alian perdió la cabeza.
Perdieron la esperanza de que se recuperara.
Su familia probó todo tipo de remedios para curar a Alian. Le obligaron a llevar amuletos para ahuyentar a los malos espíritus e intentaron curarle con medicina tradicional.
Pero nada de eso funcionó, y el estado mental de Alian se deterioró hasta el punto de quitarse toda la ropa y pasear desnudo por la ciudad.
Nafissa pidió a sus compañeros de fe que escribieran a orar por Alian. Así que cada viernes, Mamadou y algunos otros se unían a ella para visitar a la familia y orando por el joven.
Al cabo de dos años, la familia de Alian se sintió tan desalentada que perdió la esperanza de que alguna vez se recuperara.
"Por favor, alejadlo de nosotros", dijeron a Nafissa y Mamadou.
Llevaron a Alian a casa de otro creyente que accedió a acogerlo. Fielmente, los seguidores de Jesús se reunían todos los días para orar por el joven.
Dos semanas después, Alian se despertó completamente recuperado. Al verle totalmente restablecido, Nafissa y los demás creyentes alabaron a Dios y explicaron a Alian cómo le había curado Jesús. Alian se comprometió a seguir a Cristo y ha compartido su testimonio con el resto de su familia.
- Alabado sea Dios por curar a Alian gracias a la persistente oración de sus santos, que no se rinden.
- Orar que el testimonio de restauración milagrosa de Alian convierta los corazones de los miembros de su familia musulmana a Cristo.
- Pide al Señor que dé a los creyentes de origen musulmán audacia para compartir el Evangelio, proclamar el poder de Jesús y orar para sanación.
Este relato procede de un veterano obrero. Los nombres y lugares han sido modificados por motivos de seguridad.