En busca de la buena tierra del sembrador - Fronteras USA

En busca de la buena tierra del sembrador

En Fronteras obrero se explica lo que cuesta encontrar musulmanes abiertos al Evangelio.
24 de mayo de 2021 Por Fronteras USA
Hombre musulmán en un parque

Eran las dos y media de la tarde de un sábado cuando me reuní con mi ayudante lingüístico, Aqil, un fornido y culto joven de 28 años.

Empezamos nuestra lección de lengua. Después de una media hora más o menos, compartí la parábola de la cizaña de Mateo 13:24-30.

A Aqil no le sorprendió oírme hablar de la Palabra de Dios. A menudo hablo de Jesús y del Reino, no sólo con Aqil, sino con todas las personas con las que comparto mi tiempo.

He tenido muchas conversaciones sobre la fe con Aqil. Pero esta vez, la parábola suscitó una conversación que duró hasta las nueve de la noche aproximadamente.

Hablo a menudo de Jesús... no sólo con Aqil, sino con todas las personas con las que paso tiempo.

Al día siguiente, Aqil vino a mi casa para dar una breve clase de lengua antes de ayudarme a enseñar inglés a algunos niños de familias pobres del barrio.

Después de la clase de inglés para niños, le di a Aqil un Nuevo Testamento. Incluí una pequeña nota que decía: "Sigue buscando el Camino, la Verdad y la Vida. Has sido una bendición en mi vida".

Aqil leyó la nota. Con los ojos empañados, respondió: "No, tú eres la bendición de mi vida".

"Continúa buscando el Camino, la Verdad y la Vida".

Como en la parábola del sembrador de Mateo 13, en mi país de acogida encuentro personas que están en el camino donde la semilla es pisoteada.

Encuentro el suelo pedregoso: gente que se entusiasma con la Buena Nueva. Pero luego no echan raíces y se desvanecen rápidamente.

Encuentro las espinas que ahogan la Palabra pronunciada.

Y encuentro la buena tierra, donde la Palabra echa raíces, brota y se nutre. Y con el tiempo, producirá una cosecha cien, sesenta o treinta veces mayor que la sembrada.

"Has sido una bendición en mi vida".

Cada persona con la que paso el tiempo me escucha compartir el Evangelio. No todas las interacciones van tan bien como con Aqil. Pero para encontrarle a él y a los muchos otros musulmanes cuyos corazones están siendo labrados por el Sembrador, sigo compartiendo la Palabra.

Usted forma parte de esto. Sus oraciones y su apoyo financiero lo hacen posible. No podemos hacerlo sin ti. Usted es una parte crítica de un equipo, obrando para ver el mundo alcanzado por el Evangelio para el Reino de Dios.

  • Alabado sea el Señor de la Cosecha por usar cada oración y don para los propósitos de Su Reino.
  • Gracias a Dios por obrando en el corazón de Aqil, y orar que la Palabra da fruto en su vida.
  • Pide al Señor que envíe más obreros al mundo musulmán para llevar el Evangelio a aquellos cuyos corazones han sido preparados por Dios.
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Nota del editor

Este relato procede de un antiguo obrero. Los nombres se han cambiado por seguridad.